CRISTINA 2011

CRISTINA 2011
Menos mal que Macri tiene a la "señora de enfrente" que arregla todos los kilombos y lucha por todos los argentinos

martes, 29 de diciembre de 2009

Documento FUEYES ( I )

*Marzo 2009

A principios del 2008 Kirchner asumió la conducción del PJ, hecho esperado por algunos y temido por otros. Desde los lugares más rancios del pejotismo tradicional: la conocida “liga de gobernadores”, los intendentes del Gran Buenos Aires y algunos dirigentes que habían quedado en “la cuerda floja” o un espacio difícil de delinear, casos como ex duhaldistas, desde Solá pasando por Quindimil y otros insistían para que el santacruceño “conduzca” el PJ. La existencia del Frente Para La Victoria, con el que había llegado a la presidencia Kirchner, luego el “aire” que le dio a los “Transversales”, y la posterior fuerza que tomaron las listas “colectoras” que llegaron incluso a desbancar construcciones jurasicas como las de Lanus, o Quilmes. Sumado a esto, los acuerdos con los “radicales K”, ponía a los viejos carcamanes del peronismo en una situación prescindible. Tanto se oían esas preocupaciones que hasta se olía ese temor, esa tendencia, quedar “a fuera”, se repetían. No pocos decían dudar de la filiación peronista de los Kirchner. Otros los imputaron de “revanchistas montoneros”, mientras juntaban espaldas con espaldas en posición defensiva y conspirativa, no le encontraban salida al problema, - ¡¡ Y…sino que vuelva el Cabezón y se vallan a la puta que los parió estos zurdos ¡¡ repetían a oscuras antes de dormir.

La experiencia que vivieron los armados Kirchneristas por fuera del PJ debilitaron claramente a la ya cascoteada estructura pejotista y pareció como posible por un momento crear una nueva corriente que superara las limitaciones y condicionamientos que el mismo peronismo imponía a los Kirchner: un poder tutelado por el duhaldismo, que pasara sin novedad por los frentes donde se habían establecidos los pactos cuasi mafiosos de la política y el poder en la provincia de Buenos Aires principalmente y un trato amable y condescendiente con los gobernadores del interior. Sin embargo, los armados por fuera del PJ nunca dejaron de ser algo transicional. Su misma razón de existencia los hacía perecederos, como arietes para chocar con las estructuras del PJ. En la medida que este fue cediendo crecía el poder de maniobra de Kirchner, que valga la aclaración, desde el ejecutivo y sin deberle mucho ya se preparaba para disponer de cambios e ingresar con una fuerza al PJ que no tenía. Si en un principio el PJ, es decir los fósiles parlantes de la partidocracia vernácula, trataron de retacear, excluir y negarle la conducción del partido a Nestor Kirchner, al fin de su gobierno se lo pedían a gritos y como magdalenas se le tiraban a los pies para pedirle que asuma y les perdonara sus pecados: y porque no decirlo, limpiara también la imagen de estos, los patios, jardines y salitas del partido después de una horrible actuación en nuestra historia reciente.

Los “trasversales” tuvieron éxito, a diferencia de lo que ellos mismo creen, sin embargo no pudieron constituirse en una opción de poder real. Su génesis carecía de “mística” originaria. Estaba predestinada su funcionalidad y su fin. No sabemos si su fin es algo para siempre jamás, si podrán integrarse a la nueva etapa y hacer cambios desde ahí, si ojalá, seguirán en la medida de lo posible de manera autónoma aportando apoyos, debate y criticas, o si serán barridos por el viento de la historia al pasar a una oposición sin escena política ni espacio.

Para nosotros la asunción de Kirchner al PJ es un hecho positivo porque como dijimos se produce desde una posición de fuerza, que al mismo tiempo provoca una situación de fortalecimiento al gobierno de Cristina. Una cantidad de situaciones que van desde el conflicto con “el campo” hasta los reclamos de mayor seguridad, han presionado al gobierno desde sectores opositores que buscan posiciones parlamentarias afines, que sin una correlación favorable y una relativa “disciplina partidaria” imposibilitarían la acción gubernamental.

Nestor Kirchner encarna en su figura la posibilidad, al mismo tiempo, de ser la actualización del proyecto nacional popular y la superación de la etapa que llamó en los años 1984 -1985, el “posperonismo”, Alvaro Abós desde las páginas de “Unidos” donde intentaba descifrar que sucedía con eso que era el peronismo después de la muerte de Perón . En aquella época Abós, junto a Horacio Gonzalez, José Pablo Feinmann y otros trataban de analizar las razones del descalabro del peronismo: los signos de la derrota electoral de 1983, la acción del peronismo en la dictadura y un balance autocrítico de la década del 70 se sucedían en aquella publicación que intentaba al mismo tiempo encontrar una salida en el pantano en el que se encontraba el peronismo. Conocemos la resolución del problema posteriormente, que se zanjará con las elecciones internas de 1989 entre Menem y Cafiero para elegir el conductor del PJ de cara a las elecciones presidenciales de ese año y sumirá por una década al peronismo y al país en la entrega nacional que se llamó: El Menemismo.

La etapa post peronista como la llama Abós se extendió más de lo que los mismos peronistas hemos querido, el PJ y todas las estructuras de masas fueron cooptadas por el discurso y la práctica neoliberal. Los peronistas hemos luchado hasta ahora contra nuestro mismo partido porque como Eva Perón nos alertó que “el peronismo será revolucionario o no será nada” y nos enseño aquello que “un funcionario que se sirve de su cargo no es compañero es un oligarca”.

En todos los frentes esta lógica egoísta y antipatria estaba a la hora del día. En los barrios con la politiquería de los punteros y dirigentes corruptos, en los ministerios se vendía el país al capital foráneo, en la sociedad y en los medios de comunicación la frivolidad y la superficialidad dominó el imaginario y la memoria popular. En toda la década del 90 la militancia peronista prácticamente desaparece. Lo que no habían podido hacer los enemigos del pueblo Menem “Lo hizo”. Las organizaciones del peronismo PJ, JP, JUP, UES, Rama Femenina y el Sindicalismo, se convirtieron en meros armados “electoraleros” a sueldo, sumidos en una ideología que pensaba a la política, el bienestar social, la justicia, y la soberanía nacional como mercancías para comprar y vender en el mercadeo mundial. Recién al fin del gobierno de Menem y DeLa Rua se ve una vuelta a la política de una nueva Militancia que surge de la misma crisis y que renovaran a la política y a los partidos. Movimientos de trabajadores desocupados, asambleas barriales, fábricas recuperadas, movimientos solidarios de base, son solo algunos de los nuevos exponentes de esta nueva militancia que aún incipientemente han ido ganando espacio y fuerza dentro del “movimiento nacional” con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en el 2003. De está confluencia, entre lo que nació de la crisis y lo que se estaba muriendo, el “pejotismo” el “postperonismo”, surge el “kirchnerismo” o mejor dicho “la actualización del proyecto nacional popular”. No es, como creen algunos sectores de la izquierda paleozoica, la burocratización y la derechización de los movimientos que se expresaron en el 2001, sino la superación de una “multitud” fragmentaria, heterogénea y cíclica sin organización ni encuadramiento, incapaz de llevar adelante los cambios estructurales que necesitaba el país. Tampoco es como sostiene “Clarín” y sectores del nuevo gorilaje que estos sectores son la “fuerza de choque del gobierno” o como les gusta decir que, Néstor Kirchner, se apoya de forma oportunista en las nuevas expresiones políticas militantes que llaman “piqueteros K” por mera “debilidad” o “soledad en el poder”. Kirchner es el puente ideológico y generacional entre la “juventud maravillosa” de los años 70 y la juventud de la dignad nacional que volteo a piedrazos la infamia neoliberal. Es también el legítimo referente de la juventud que luchó por la justicia social con las armas en la mano y por la reconquista democrática, que conoce la vida política y partidaria, el juego de los partidos políticos, la lentitud de la justicia, la corrupción de los funcionarios públicos y el estancamiento de las instituciones democráticas. Néstor y Cristina son los presidentes del Bicentenario de la patria, que ocupan el lugar que la historia y el pueblo argentino los ha puesto para llevar adelante el plan y el sueño de los hombres de Mayo.

La decisión de Kirchner de asumir la conducción del PJ es una de las conquistas políticas mas importantes en nuestra historia reciente. La recuperación de la herramienta que fundara el general Perón es volver a la identidad política y la fuerza simbólica que están aun latentes en el imaginario popular y en la golpeada clase trabajadora nacional. La vigencia del ideario peronista y las añoranzas del pasado heroico no alcanzan por si solos para dibujar un cuadro de situación y un presente “aceptable”. Lo que se trata a partir de ahora es de dinamizar y refundar el peronismo con las nuevas experiencias, luchas y anhelos populares que se forjaron en estos 26 años de vida democrática. A los valores heredados en la lucha por Justicia Social, Liberación Nacional, Soberanía Política y Económica se suma la lucha por los Derechos Humanos, la conciencia del lugar que ocupa la Argentina en la región, en el bloque del MERCOSUR - UNASUR, y con otros países hermanos del continente. También el reconocimiento de los pueblos originarios, las cuestiones de género, la ecología, la protección de los recursos naturales no renovables y otros derechos y reclamos que la humanidad va desarrollando en la búsqueda de felicidad, bienestar y libertad plena.


Grupo Político-Cultural Los Fueyes
Juventud Peronista

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